Si bien Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ya califica de "plaga" y de "especie de banda organizada" a los grafiteros que dejan sus dibujos pintados en los vagones del metro, también considera un "hecho aislado" el incidente acontecido este lunes, cuando un grupo de 12 personas se coló en los túneles del suburbano para pintar grafitis y obligó a detener parcialmente la circulación de las líneas L9 y L10 durante una hora.
Se les puede denunciar por invasión de la zona de vías y por el perjuicio causado a los pasajerosEl suceso tuvo lugar a las 8.10 horas, entre las estaciones de La Salut y Gorg de la L10, cuando se detectó la presencia de un grupo de grafiteros que, según fuentes de TMB, habrían entrado por un conducto técnico. Así, se cortó la circulación en esta línea hasta que los intrusos emprendieron su huida, que se alargó durante una hora y en la que, además, recorrieron los túneles de la L9, que también fue detenida.
Quitar las pinturas
Cuatro de los presuntos autores de las pinturas salieron a la altura de la estación de Singuerlín, fueron localizados en un bar de Santa Coloma de Gramenet e identificados por la policía. Los ocho restantes, que se fugaron por la parada de Santa Rosa, aún no han sido localizados. "Se les puede denunciar por invasión de la zona de vías y por el perjuicio causado a los pasajeros", aseguraron fuentes de TMB a 20 minutos.
La empresa invirtió 900.000 euros sólo en limpiar las pintadasEl año pasado, la empresa invirtió 900.000 euros sólo en limpiar las pintadas hechas por incívicos en vagones. Y es que se tuvieron que quitar los garabatos del exterior de 651 coches, casi dos cada día, lo que supuso fregar 19.630 metros cuadrados de superficie, según tienen contabilizado en la empresa de transportes. A parte están las firmas (tags) que se hacen con rotulador en el interior de los vagones.
Una de las premisas que se ha impuesto TMB es que no haya marcas en "ningún tren". Porque, si bien en los últimos meses no se ha detectado un "incremento" de esta práctica, desde la empresa de transporte público se han obligado a "no bajar la guardia" al respecto. Por esta razón, cuando se detecta alguna pintada, se retira el vehículo para borrar su huella.
Igual en el Tram, los FGC...
En la misma línea se muestran los portavoces de los servicios del tranvía y los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). En sus casos, limpiar los grafitis de los vehículos cuesta 85.000 euros anuales en el Trambaix y otros 95.000 en el Trambesòs. Estas cifras no incluyen otros actos vandálicos como roturas de cristales o boicots a las máquinas validadoras. En lo que se refiere a FGC, quitar los dibujos cuesta 175.000 euros al año y tener inmovilizado un vehículo durante todo un día.